Volver a casa me llena de energía. En la capital se echa de menos las cenas con sidra o txakoli, rememorar las cosas que hacíamos de pequeños, hacer turnos para cocinar o fregar, que alguien se preste voluntario para sacar los cubatas, los vasos de sidra y no de tubo y muchos pequeños detalles que me dejo en el tintero.
Y lo mejor de esas cenas son los postres, que siempre hay algún souvenir de sus últimos viajes. Esta vez Ane nos trajo un puro habano como los que fuma Fidel Castro, y aquello dio mucho de sí durante toda la noche.
Pero sobre todo, bailar, bailar y bailar en la mejor de las compañías, haciendo el idiota sin tener ninguna otra preocupación que cuál será la próxima canción.
Qué felí se te ve, je!
ResponderEliminarbaby!!! pues en breve nos vemos! hablo de mañana jaja ya os llamo para quedar y eso aunque sea nua copa rapida o algo ok?
ResponderEliminarEstais monísimos, como se nota el buen rollo, mola mola :)
muaaaaaaaa
Ene! si es que no hay nada como volver a casa como bien dices, a recargar las pilas!
ResponderEliminarmucha suerte con la vuelta a la rutina
muakkkkkkkkk